¿Por qué el bótox y el ácido hialurónico son tan exitosos en la medicina estética?

3 Ene

La imagen personal es uno de los temas que más se valoran en nuestras sociedades, por ello cuidarla es una prioridad para la mayoría de las personas. A su vez, la medicina estética es una alternativa segura y confiable para corregir las inconformidades que nos inquietan. Es por ello que el bótox y el ácido hialurónico cuentan con un éxito que sigue creciendo para solucionar los problemas a quienes buscan cambios perceptibles en su rostro.

Sin embargo, muchos pacientes llegan a sus consultas sin entender los factores que definen esta popularidad. Por ese motivo te explicaremos 3 elementos que hacen del bótox y ácido hialurónico dos componentes innovadores en la estética facial:

1. Son tratamientos poco invasivos

La piel de la cara es sumamente delicada y manipularla con fines quirúrgicos es complejo. A pesar de que existen cirugías viables como la corrección de párpados o la extensión dérmica, ambas se definen por el hecho de que la recuperación y los cuidados posteriores son agobiantes.

Como consecuencia, recuperar la firmeza de la piel y la jovialidad del rostro sin bisturí se volvió una prioridad, y el bótox junto al ácido hialurónico son la ecuación perfecta. Esto debido a que ambos son tratamientos temporales que durante una buena cantidad de meses dejan resultados muy notorios sin demasiadas complicaciones.

De hecho, ambos compuestos se aplican con inyecciones indoloras, y es cierto que generan ciertas sensaciones, aunque ninguna de ellas requiere anestesia.

2. Los efectos se perciben rápidamente

Por un lado, la cúspide de la inmovilidad muscular generada por el bótox llega a los 20 días de la sesión inicial, y en criterios médicos, esto es bastante rápido. Del otro extremo, con el ácido hialurónico se perciben todos sus efectos en un máximo de 10 días, y si se está usando para modelación dérmica, saliendo del consultorio se ven las diferencias.

En los dos escenarios hay efectos iniciales como una hinchazón controlada, la aparición de hematomas muy pequeños o el enrojecimiento de la piel. No obstante, en ambas situaciones estos síntomas desaparecen en un plazo temporal que va desde las 12 horas hasta las 48.

Dejando así un rostro rejuvenecido durante meses, por un procedimiento ambulatorio que no duró más de 1 hora en llevarse a cabo con estándares de seguridad rigurosos.

3. Complementan muy bien los efectos del otro compuesto

Tanto el bótox como el ácido hialurónico se destacan por su eficacia individual y colectiva, ya que se complementan excelentemente en sus propósitos individuales. Los tratamientos con bótox buscan paralizar temporalmente puntos estratégicos como la frente y el entrecejo para frenar el desarrollo de arrugas derivadas de ciertas expresiones.

De la misma forma, el ácido hialurónico intenta lo mismo, pero de una forma muy distinta, ya que este es un compuesto que se da naturalmente en el cuerpo humano. Entonces, cuando penetra en la superficie del rostro, fomenta la producción de elastina y colágeno, dándole un brillo perceptible mientras hidrata la superficie externa.

Por lo tanto, los dos cumplen el propósito de eliminar las arrugas de la cara, pero uno las previene mientras el otro las rellena temporalmente.

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