La piel recubre todo nuestro cuerpo, es decir, es exterior y por tanto influye en nuestro aspecto, pero además tiene funciones internas como: la regulación térmica, la protección, el evitar la pérdida de recursos hídricos, cumplimentar el sistema inmunológico y nos permite disfrutar de ciertos sentidos como el tacto. Por este motivo es fundamental que no la descuidemos.
En la actualidad cada vez es mayor el número de consumidores que se sienten más cómodos al poder elegir entre un producto químico, que probablemente haya sido testado en animales y tratado en laboratorios u otro de origen natural fabricado respetando el medio ambiente y que no contiene productos químicos.
La creación de estos productos naturales tiene dos bases importantes, las alergias o daños que desarrollan los productos químicos en algunas pieles y la conciencia medioambiental desarrollada del público.
Con el uso de los productos naturales aseguramos varias condiciones:
Son respetuosos con el medio ambiente: Ya que su uso no provoca residuos químicos derivados del petróleo.
Se adaptan más fácilmente a cualquier tipo de piel: Independientemente de si son grasas, secas, mixtas o neutras, ya que sus componentes tienen mayor afinidad con la epidermis.
Son beneficiosos para la salud: Aportan vitaminas, antioxidantes y otros que ayudan a ver la piel más joven y saludable.
No contienen aromas sintéticos, ni conservantes o perfumes artificiales: los aromas son naturales del producto usado, como la menta, manzanilla…
No provocar daños en el sistema endocrino: algunos de los componentes que aportan calidad a productos de belleza también provocan cambios en el sistema endocrino, como es el caso de los parabenos y ftalatos, que pueden provocar retrasos en la pubertad o en la concepción de un bebé.
Reducir el riesgo de padecer cáncer: numerosos productos cosméticos influyen en el crecimiento desmedido de los tejidos que ocasionan cáncer de mama.
Si te has decantado por obtener los beneficios que los productos naturales ofrecen te recomendamos que uses los siguientes bienes para el cuidado de la piel y elijas entre las siguientes técnicas naturales orientados a la necesidad que tengas.
Masaje con aceite de oliva: su alto contenido de ácidos grasos esenciales y vitamina E lo convierten en un hidratante y reconstituyente natural. En la piel puede aplicarse dando un masaje todas las noches para mantenerla hidratada, y de igual manera en las uñas y en el cuero cabelludo.
Mascarilla de aguacate: Sus ácidos grasos hidratan la piel seca y aceleran la recuperación de cicatrices, manchas e irritaciones. En el cabello y en las uñas es un método perfecto para aquellos con tendencia a quebrarse.
Mascarilla de té verde: es perfecto para evitar el envejecimiento de la piel, contra la caída excesiva del cabello y para cuidar las capas superficiales de las uñas.
Algodón con vinagre de manzana: posee propiedades antisépticas, antibacterianas y antiinflamatorias. Es perfecto para tratar el acné y la excesiva formación de grasa ya que regula el pH.
Infusiones de manzanilla en algodón: es un método muy conocido para tratar con ojeras y bolsas gracias a la mezcla de teína con el frío.
Lavado de cara con clara de huevo: esta técnica se usa para dar firmeza y flexibilidad a nuestra piel, solo mezclándola con agua y dejándola reposar.
Mascarilla de aloe vera para desintoxicar la piel: la masa formada al combinar zumo de limón, mango y aloe vera contiene poderosos antioxidantes que ayudan a mover las impurezas y toxinas adheridas en la superficie de la piel.
Sábila de aloe vera para el tratamiento de quemaduras, arrugas, ulceras y acné: usado como mascarilla o combinado con otros productos como el aceite de coco, la miel o el huevo sirve para cualquier tipo de piel y tratamiento que se requiera, específico o general.
En resumida, si aún no has probado alguno de estos métodos te recomendamos que lo hagas, ya que mientras te tomas un momento de relax estarás ahorrando dinero, cuidando el medio ambiente y liberando a tu piel de productos químicos.
No pienses que al ser productos naturales son menos efectivos, simplemente investiga, aprende de tu tipo de piel y de cómo tratarla y muy pronto comprobarás el resultado.