Como decíamos en el post anterior… Los químicos que se han comprobado ser los más perjudiciales son el formaldehido, el tolueno y la resina de formaldehido. Aunque existen otros componentes como el alcanfor, los ftalatos y la resina de formol, y en algunos casos los parabenos.
Estos químicos son considerablemente mas dañinos para las personas que trabajan con estos productos de forma constante, ya que dichos químicos contienen sustancias volátiles y al ser inhalados causan efectos negativos mucho más agresivos en comparación, si solo los utilizamos de forma puntual en nuestras uñas.
Hoy en día, hay una mayor legislación en cuanto a la formulación de los esmaltes de uñas, pero es importante informarnos de la composición de cada firma, ya que no todas cumplen dicha legislación.
Los esmaltes también pueden ser veganos, esto quiere decir, que no se utiliza ningún pigmento procedente de insectos como la cochinilla.
Muchas personas se cuestionan si al ser libres de estos químicos la durabilidad es menor que la de un esmalte convencional.
La respuesta está en la calidad de los ingredientes de cada firma, pero no por retirar estos componentes químicos nocivos la durabilidad es peor; si no al contrario, incluso pueden durar más y tener un efecto positivo en la uña al dejarla respirar mejor.
Existen también lacas de uñas con bases acuosas y en este caso la durabilidad sí es menor, ya que no contienen una fijación y brillo como los esmaltes que contienen como base la nitrocelulosa, componente químico orgánico que logra dar el brillo y la fijación.
Al igual que nos preocupamos por los productos que utilizamos en nuestro cuerpo, debemos tener siempre en consideración nuestras uñas, ya que forman parte de nuestro organismo.