Cuando hablamos de algo orgánico nos referimos a que procede de algo que es lógicamente natural. Se dice que un cosmético es orgánico cuando sus ingredientes son 85% de procedencia natural y de cultivo ecológico.
Por ello, un esmalte de uñas no puede ser un producto orgánico, ni natural, ya que sus componentes no son del todo de procedencia natural. Sus ingredientes son químicos, tanto los pigmentos que se utilizan como las sustancias que logran una mejor fijación.
Sin embargo, no porque sean ingredientes químicos significa que son ingredientes dañinos a la salud, aunque algunas formulaciones del pasado (que aún existen en el mercado) si contenían ingredientes que han resultado ser altamente tóxicos.
Por esta razón, existen marcas de esmaltes de uñas ecológicos que han decidido retirar estos componentes de sus formulaciones y por ello encontramos los que son libres de 3 y 5 químicos.
Los químicos que se han comprobado ser los más perjudiciales son el formaldehido, el tolueno y la resina de formaldehido. Aunque existen otros componentes como el alcanfor, los ftalatos y la resina de formol, y en algunos casos los parabenos.
Las uñas son un tejido vivo y poroso del cuerpo por el cual absorbemos lo que le aplicamos.