Desde tiempos inmemoriales las arcillas han sido usadas por el hombre en infinidad de aplicaciones y cada día se pone más de manifiesto que es un tratamiento de cosmética natural con pasado, presente y futuro!
El uso de la arcilla por el hombre data de al menos 25000 años, en el paleolítico superior, cuando se encuentran las primeras figuras de barro secado al sol. Al igual que en el ámbito constructivo, religioso y estético, la arcilla fue usada desde el principio por nuestros antepasados como remedio para el tratamiento de diversas dolencia y afecciones cutáneas. Seguramente, este uso se descubrió por casualidad o por observación del comportamiento de la fauna que de forma instintiva se restriegan en barro las heridas.
¿PERO QUÉ ES LA ARCILLA?
Las arcillas son un tipo de suelo sedimentario que se originó a partir de la erosión de rocas ricas en sales minerales, normalmente rocas metamórficas como el granito. Presentan diversas coloraciones según las impurezas que contienen yendo desde el rojo-anaranjado hasta el blanco que es cuando su pureza es mayo. Se caracteriza por estar constituida por partículas que pueden ser extremadamente pequeñas de superficie lisa y adquiere plasticidad al ser mezclada con agua. Por otro lado, se vuelve dura y sonora al ser calentada por encima de los 800ºC.
¿COMO FUNCIONAN LAS ARCILLAS EN COSMÉTICA?
Este es uno de los misterios que las arcillas aún no han entregado. A día de hoy sigue siendo una incógnita el mecanismo de acción de este producto. Al parecer y según la opinión de los expertos el análisis de su composición, por si solo, no explica las propiedades tan beneficiosas que para la piel tiene la arcilla. Además, se han apreciado diferencias significativas en la calidad de las arcillas dependiendo del tipo de manipulación al que se ha sometido la arcilla durante su producción.
De tal manera, aquellas arcillas que son secadas al Sol y han sido ventiladas, presentan unas propiedades más nítidas y contrastadas que las que no han sido sometidas a dichos procesos. En cualquier caso, lo que está claro es que las arcilla establecen un mecanismo de intercambio entre la piel y su matriz de tal manera que es capaz de absorber la impurezas de la piel al tiempo que remineraliza y restablece el equilibrio lipídico de la epidermis. Sobre esta base, según el tipo de arcilla: Blanca, Verde, Roja, Rosa o Amarilla, podremos emplearla en un sinfín de tratamientos.
Entre sus principales propiedades que son usadas en la cosmética natural destacaremos su acciones depurativas, hidratantes, exfoliantes y regenerantes.
ARCILLA VERDE
Existen diversas variedades de este tipo arcilloso que es considerado como la más joven y activa de todas las arcillas. La variedad mejor considerada en la montmorillonita que puede presentar un color parduzco e incluso gris y que es muy rica en mineral magnesio, silicio, sosa, cal, potasio, etc. En el ámbito de la Cosmetica Natural destacan sus propiedades purificantes y antibacterianas. Limpia la epidermis en profundidad aportando tono y elasticidad a la piel al tiempo que la relaja. En el rostro es muy utilizada en casos de piel grasa o mixta gracias a su efecto purificante ayudando en la eliminación de los puntos negros y el acné.
ARCILLA BLANCA
Se trata de una arcilla de la variedad montmorillonita pero donde la abundancia de aluminio es mucho mayor y carece una gran variedad de oligoelementos como cloro, zinc o fósforo. Su uso en Cosmetica Natural está centrado sobre todo en pieles secas y sensibles. Presenta la característica de presentar un ph ácido y menor poder absorbente debido a su menor riqueza en iones. También la podemos encontrar en tratamiento para el cabello y manos debido a su capacidad hidratante o como talco para los bebés.
ARCILLA ROJA
Este tipo de arcillas destacan por su elevada concentración en óxidos ferrosos y cuprosos. En Cosmetica Natural usa normalmente mezclada con otros tipos de arcillas como la Blanca o con aceites esenciales que potencian sus propiedades. La arcilla roja aumenta el riego sanguíneo y linfático proporcionando más calor que la arcilla blanca o verde. Destacan igualmente sus propiedades antisépticas e hidratantes. Muy usada en pieles grasas o mixtas.
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